¡No hay nada mejor que un buen caso para poner a Investigato de buen humor! La policía lo avisa del robo de la joyería de Topacio, y mientras las chicas de la científica recogen pruebas, Investigato interroga a los testigos en el puerto. Gracias a su olfato felino y a la ayuda de la sabia Gataoscura, ¡los culpables no quedarán impunes!