Aceite de linaza purificado, aumenta: el brillo de la pintura, la fluidez y difumina la pincelada, amarillea fuertemente en ambiente oscuro, y desaparece con la exposición a la luz. Además, si la pintura no está seca del todo se puede retirar, como si de un disolvente se tratase (no afecta a las capas secas).